martes, 3 de junio de 2014

SUMMITS OF MY LIVE. REFLEXIONES PERSONALES by Ricardo


El pasado 19 de mayo tuvimos la suerte de ver en TV3 “Deixa’m viure,” la segunda película de las aventuras de Kilian Jornet en su particular “Summits of my life”.
Nadie podrá negar que lo que vimos en sencillamente espectacular,  increíble, impresionante, etc. Ya lo es en sí como puro documental de paisajes montañeros, pero si le añades el aspecto deportivo, se te acaban los calificativos.
En la subida al Monte Elbrus, lo que más me impactó son las relaciones humanas que trascienden la pura competición deportiva. Se me partió el corazón ver a dos deportistas de élite compartir el triunfo.
Obviamente, lo más impactante es el record de subida y bajada al Cervino. En mis últimas vacaciones en Italia, hace dos años, estuve por la zona, concretamente en la población de salida, Breuil-Cervinia. La visión del Cervino es espectacular. En mi opinión, mucho más potente que desde el lado suizo en Zermatt. Ni en pintura te puedes imaginar que alguien pueda subir y bajar en menos de tres horas. Pero es que ver a Kilian grimpar y escalar hacia la cumbre a la velocidad que lo hace es algo increíble. Los calificativos se  acaban para describir la bajada/patinaje por una cresta que no parece tener más de medio metro, cubierta parcialmente de hielo/nieve, con caídas considerables ambos lados.
Obviamente Kilian Jornet es un portento, pero ………. basta ya de tanto “jabón”.
¿Alguna crítica? Si, por supuesto. Voy a dar un punto de vista absolutamente personal, en el que a buen seguro, mucha gente no estará de acuerdo.
No voy a criticar a Kilian Jornet, si no al seguimiento que se hace de él en los medios de comunicación. Lo que me quejo es que desde los medios de comunicación, y seguramente sin pretenderlo, se banaliza lo que hace, parece que puede hacerlo cualquiera. No, cualquiera no puede hacer cualquier cosa sin unas condiciones físicas, algunas de ellas innatas y la mayoría de ellas adquiridas a base de experiencia (entrenos),  sin olvidar dosis importantes de “seny” y paciencia. Algo que no encaja en el mundo de posesión y prisas (lo queremos todo y ya) y de paso si se lo podemos pasar por la cara a nuestro cuñado, vecino o compañero de trabajo mucho mejor (¡¡eh, que tengo cuarenta y pico años, pero estoy hecho un chaval!!).
Y lo dicho vale también, para maratones, ultras, corriendo o en bici, ascensioness a ochomiles, etc. Todavía recuerdo un artículo de la revista National Geographic del año pasado sobre masificación en el Everest. La caravana humana haciendo cola para superar el segundo escalón o escalón Hillary a unos 200 metros de la cumbre era espeluznante. Personas sin experiencia previa de años en montaña, pagan para que literalmente les suban a un lugar de casi 9000 metros. Y creo que no tienen claro que se están jugando la vida.
¿Somos realmente conscientes todos de lo que estamos haciendo?
Muchísimas veces lo dudo.

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