2º artículo de
la serie “Ricardo y sus paridas”. ¿No queríais caldo? ¡¡Pues toma dos tazas!!
Corriendo,
siempre corriendo, pero ¿eres de los que te gusta correr con música? ¿sí? ¿no?
¿Por qué? ¿Qué tipo de música? ¿Con qué gadget la escuchas? ¿La escuchas
siempre? ¿Sólo en ocasiones?. Muchas preguntas para variar. Vayamos al ataque.
Mucha gente
corre con música. Confieso que yo soy de los que habitualmente corre SIN
música. Toda una declaración de
intenciones (alguien se preguntará para que escribo este artículo). No obstante,
también, he corrido con ella en algunos momentos.
Vamos allá.
Empezamos por ventajas e inconvenientes de correr con música.
Ventajas:
1. Motivación: Vamos, que escuchar según qué tipo de música “te pone”, te da “ese algo” potente. Cada uno tiene sus canciones preferidas que “te ponen”. En mi caso tengo dos: “Personal Jesus” de Depeche Mode (ohhhhhh……) y la mítica “Carros de Fuego” de Vangelis. Sobre todo con la primera me acelero, tanto mental como físicamente, y empiezo a ser el “hazmerreir” del resto de runners.
2. Entretenimiento básico: Yo le llamo pasar el tiempo. Música para rodajes, a partir de la hora. Bruce Springteen y U2. Esto es lo que básicamente suelo o mejor solía escuchar (ya explicaré luego porqué).
3. Abstracción de la realidad: Para esto nada mejor que música clásica tipo “Bach” o “Vivaldi”. Correr a primera hora de la mañana, cuando empieza a salir el sol y escuchando nada más, repito, nada más que Vivaldi, es…
Inconvenientes:
1. Seguridad: Normalmente somos runners urbanitas. Escuchar música nos puede distraer de otros ruidos convenientes de reconocer: frenazos de coches, acelerones de motos, gritos de la gente, etc. En una ciudad no es muy recomendable abstraerse demasiado de la realidad.
2. La llamada de la naturaleza: ¡¡Que bucólico!! ¿A qué me refiero? Correr en primavera por la montaña, a primera hora de la mañana, oliendo a humedad, canto de los pájaros y… ¿te lo vas a perder? ¡¡A tomar por c…. la música!! Verano a primera hora de la mañana, o última de la tarde, rodando a la orilla del mar, repicar de las olas, tranquilidad absoluta, y tú ¿con los cascos puestos?
Y de gadgets
¿cómo vamos?
Aquí los
móviles, smartphones o similares arrasan. La práctica totalidad de lo que se ve
por la calle es esto, convenientemente sujeto con el brazalete de turno. Hay
que reconocer que matas dos pájaros de un tiro. Aunque también es un poco
triste ver a alguien corriendo y hablando por el móvil, a no ser que se tome
demasiado en serio lo de que el ritmo de las tiradas largas ha de ser el que te
permite correr y hablar sin perder el aliento.
En la
categoría de la manzana (Apple) tenemos la serie Ipod (itouch, nano, suffle). Yo
tengo un “Suffle”.
Aunque, si
eres un poco “friki” siempre puedes correr con el sempiterno walkman a la
cintura. La verdad es que ya hace tiempo que no veo a nadie con walkman. Debe
ser porque en las gasolineras han dejado de vender cassettes.
Ahora toca
hablar de mí. Personalmente suelo correr SIN música. Para mi impera el factor
seguridad y la llamada de la naturaleza. No obstante, en los entrenos para mi
2ª maratón lo hice con música. ¿Por qué? Me tocaba correr la maratón en
solitario y pensé que 4 horas corriendo se me iban a hacer muy, pero que muy pesadas
y un poco de música me haría compañía.
Para acostumbrarme a esa sensación nueva para mí, los entrenos fueron
básicamente musicales. Aún de vez en cuando me pongo el “suffle”, pero no
demasiado, como dice el dicho “de carbassa amb poca n’hi ha massa”.
Y ahora que
espero gustosamente comentarios al artículo, no se diga que “El diván del
atleta” es un blog aburrido.
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